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Agua De Melon
I’ve watched your face age forward into years, the creases by your eyes growing deeper and lovelier by the season. Your right knee has a white scar like a snow-capped mountain range. Your left leg curves and makes you walk with a limp, but you are no cripple no matter how slow you move, or how much hurt infects your bones.
I had a dream about you once, where I walked into the living room and you were asleep. I tried to wake you, but those hieroglyphic eyes would not open no matter how hard I shook, or how loud I cried. My terror was heavy and I could not see the common sense written in the chemical center of my brain. The telephone rang Mama instead of those who could revive you from the slumber that clutched your soul.
The dreamscape flickered and the image faded into your hospital room. You were dying. Unconscious. I was by the bed, grasping your age spotted fingers, grasping the phrases I’d always wanted to say. They flowed out in the language I have never know. Yours. Ours, I suppose. Thick on the tongue and heated, that is what Spanish felt like. I knew what to say; there was no stumbling, no stammering, stuttering.
I told you, weeping, how much I appreciated what you have done for me, how much I love you, love, love you.
Abuelita, amo, amo, mi amo.
It was only a dream. I still cannot speak to you with words, but know this: whenever I kiss your weathered cheeks it is a promise for tomorrow that one day I will tell you how much I love you.
Somehow, I think you know that.
He visto la cara de tu edad para entrar en años, las arrugas de sus ojos cada vez más profunda y más hermosa de la temporada. Su rodilla derecha tiene una cicatriz blanca como una cadena de montañas cubiertas de nieve. Su pierna izquierda curvas y te hace caminar con una cojera, pero no cojo, no importa lo lento que se mueve, o cuánto daño infecta a los huesos.
Tuve un sueño contigo una vez, cuando entré en la sala y que estaban dormidos.Traté de despertarla, pero los ojos jeroglíficos no se abría, no importa lo mucho que lo sacudió, o lo fuerte que lloré. Mi terror era pesado y no pude ver el sentido común por escrito en el centro de la química de mi cerebro. El teléfono sonó mamá en vez de los que podría revivir el sueño que apretaba su alma.
El paisaje de ensueño parpadeó y la imagen se desvaneció en su habitación del hospital. Se estaban muriendo. Inconsciente. Yo estaba junto a la cama, agarrando su edad vio los dedos, agarrar las frases que siempre había querido decir. Se corría en el lenguaje que nunca han sabido. El suyo. El nuestro, supongo. De espesor en la lengua y se calienta, eso es lo que sentía como español. Yo sabía qué decir, no había obstáculos, sin tartamudear, la tartamudez.
Te lo dije, llorando, lo mucho que aprecia lo que has hecho por mí, ¿cuánto Te amo, amo, te amo.
Abuelita, amo, amo, mi amo.
Fue sólo un sueño. Todavía no puedo hablar contigo con palabras, pero sepan esto: cada vez que beso tus mejillas degradado es una promesa para el mañana que un día te diré cuánto Te amo.
De alguna manera, creo que ya lo sabes.
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